Desde los años ochenta los ejércitos regionales solo hablaron con sutileza para cuidar la democracia
Actualizado: 8 oct 2020
Excepto el mediático “menemista” Martín Balza que destruyó a la fuerza en su propio beneficio, en Argentina se volvió a conocer un poco más el nombre del actual Jefe del Ejército, Agustín H. Cejas, por un merecido acto de reivindicación que realizó el pasado 5 de octubre en la provincia de Formosa.

Imagen: General Agustín H. Cejas (captura de pantalla)
Quienes realmente volvieron a sus cuarteles y retomaron la paz, luego de la incursión del comunismo en su afán de instalar el modelo cubano en América del Sur, y que fuera repelido con lo que se llamó el “Plan Cóndor” fueron las Fuerzas Armadas.
Lo que ocurrió en cada país si bien tuvo similitudes, fue menos o más atroz pero al fin de cuenta, sangriento. El caso argentino del juicio a las juntas, si bien correspondía, fue y es aún un “juicio rengo”. Cuando no hay igualdad ante la ley, ante el derecho internacional, a mi entender es nulo de nulidad absoluta.
La otra parte del “juicio rengo”, las guerrillas del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros, no solo que no fueron enjuiciados pese a poner bombas, tomar regimientos y realizar todo tipo de actos de guerra, sino que desde el poder democrático fueron endureciendo su postura ideológica y se convirtieron en quienes juzgan a sus enemigos: las FFAA y FFSS.
Lo que sucedió cuando yo era un niño, continúa hoy. Mi genereración no se merece que tipos del pasado, nos pretendan seguir arruinando la paz que conlleva un sistema democrático con división de Poderes, tal como lo establece la Constitución Nacional. No es justo que sigan “con sus problemas de los años ‘70“ y nos arrastren a ellos. Ya los conocemos. En nombre de los DDHH sesgados, han conseguido cargos políticos y en el poder judicial.
“Que son genocidas porque mataron desde el Estado y durante una dictadura militar”, dicen desde un bando, y es verdad. Pero también las guerrillas actuaban en pleno gobierno democrático del General Juan D. Perón, luego de su exilio en “Puerta de Hierro”, España; y tras su muerte (1974), año en que el gobierno constitucional firmara el Decreto ordenando a las FFAA, aniquilar a los grupos insurgentes.
Para terminar con ese capítulo sangriento que una y otra vez nos traen a las generaciones posteriores “unos tipos de muy baja moral y asesinos” (algunos juzgados y otros impunes y “democráticos”) realmente lamento mucho las vidas perdidas y las atrocidades que sufrieron de uno y otro lado. Pero de nuevo: es su puta historia. A mi generación y a la siguiente no nos interesa. Y saben qué? Nos tienen hartos.
Muchos me dirán y con razón: “Vos porque no tenés un familiar desaparecido o no sufriste torturas, vejaciones, exilio y otras atrocidades”. Y tienen razón.
Los otros me gritarán: “Vos porque no perdiste a un familiar militar, policía o a soldado conscripto (civiles que hacían el servicio militar obligatorio), y no tenés a un familiar que aún está siendo juzgado, en prisión o muriendo en cárceles en pleno 2020 enfermo y anciano”.
Y claro que tienen muchísima razón. Considero es una aberración jurídica que se realicen procedimientos judiciales fuera del marco de la Constitución Nacional y Pactos Internacionales. Nadie puede ser juzgado por Tribunales Especiales ni sacados de su juez natural, como tampoco juzgados por hechos sucedidos en otra jurisdicción.
El tema es complejo. Cuando existe una guerra todo va a ser complejo y se va a salir del cause de la normalidad y de las leyes. Si iban a ser juzgados - ambos bandos y no solo uno- debieron pasar por la Corte Penal Internacional con sede en La Haya.
La Corte Penal Internacional (CPI), llamada también Tribunal Penal Internacional; es un tribunal de justicia internacional permanente cuya misión es juzgar a las personas acusadas de cometer crímenes de genocidio, de guerra, de agresión y de lesa humanidad.
Es importante no confundirla con la Corte Internacional de Justicia, órgano judicial de Naciones Unidas, ya que la CPI tiene personalidad jurídica internacional, y no forma parte de las Naciones Unidas, aunque se relaciona con ella en los términos que señala el Estatuto de Roma, su norma fundacional. Tiene su sede en la ciudad de La Haya, en los Países Bajos (ex Holanda)
Luego de aclarar mi postura, que puede tener errores conceptuales por desconocimiento y porque los hechos ocurrieron (reitero) cuando era un niño, voy a referirme a lo mío, que es el análisis político, y que tiene que ver con el título de este artículo.
El jefe del Ejército pidió que no vuelvan los "tiempos de desencuentros y violencia entre los argentinos"

Según el diario La Nación, por primera vez en un gobierno kirchnerista, el jefe del Ejército encabezó en persona, el acto de homenaje a los doce militares y un policía provincial caídos en el ataque de los Montoneros al Regimiento de Infantería de Monte 29, de Formosa, perpetrado el domingo 5 de octubre de 1975, durante la vigencia de un gobierno constitucional.
"Recordar a los fallecidos es parte de nuestra esencia y constituye un contrato social del Estado y un compromiso con cada hombre y mujer que ingresa en las Fuerzas Armadas", dijo el general de brigada Agustín H. Cejas, quien viajó a Formosa para presidir el acto en la plaza de armas del regimiento, junto al vicegobernador Eber Wilson Solís, quien como todos los años le dio relieve al acontecimiento, al conmemorar el Día de Héroe Formoseño, en homenaje a los que defendieron el cuartel militar. Participaron familiares de los militares muertos y miembros del Centro de Veteranos 5 de Octubre, escribió La Nación https://www.lanacion.com.ar/politica/el-jefe-del-ejercito-pidio-no-vuelvan-nid247066
Ante la formación del regimiento y representantes de la comunidad, el jefe militar expresó el "reconocimiento a nuestros muertos, que cayeron en el cumplimiento del deber, en un contexto político complejo" y pidió que "no vuelvan a repetirse esos tiempos de desencuentros y violencia entre los argentinos".
Recordó que los efectivos del regimiento de Formosa "cumplían la obligación constitucional de defender la patria y no se rindieron ante el sorpresivo ataque". Tras recordar el apoyo que recibieron del pueblo formoseño, afirmó que "defender un cuartel es y sigue siendo el deber de nuestros soldados".
Dice también La Nación que ”más temprano, el gobernador Gildo Insfrán se sumó al homenaje a través de las redes sociales...” Realmente no me interesa recalcar lo que dijo “el rey de Formosa” o señor feudal en el gobierno de esa provincia desde 1983.