(Imagen: El ayatolá Ali Jamenei, líder de Irán, y Mohamed bin Salman, príncipe heredero y primer ministro de Arabia Saudita)
Luego del ataque de ayer 13 de abril he notado que muchos desconocen que dentro del mundo islámico, existen dos grandes ramas. A modo de ejemplo, justamente el Estado Islámico de Irán es en gran medida musulmán chiita, mientras que Arabia Saudita se ve a sí misma como la principal potencia musulmana sunita.
También desconocen o confunden la denominación del llamado “Mundo Árabe”, que describe a los países donde mayoritariamente se habla en idioma árabe.
Para quienes lo desconocen, el mundo árabe está conformado por la mayoría de los países ubicados en Oriente Próximo e incluye obviamente a la Península Arábiga (África Oriental, situada donde el mar Rojo se conecta con en el océano Índico), las naciones del Magreb (la subregión del norte de África), y el llamado “Cuerno de África”.
Este desconocimiento es mucho mayor en múltiples usuarios de redes sociales. Para muchos de ellos, todas esas personas los que utilizan de vestimenta una túnica suelta que les llega a los pies (la abaya), más la bufanda que cubre la cabeza de manera que solo el rostro queda visible (llamada hiyab), son todos lo mismo y piensan todos iguales. Grosero error. También en el mundo judío hay diferentes costumbres milenarias en su forma de vestirse. Pero explicar estas cuestiones, nos sacaría hoy del tema central que está en el título de este artículo.
Sunitas y Chiitas
La división entre sunitas y chiitas se remonta al año 632 y a la muerte del profeta Mahoma, que derivó en una pugna por el derecho a liderar a los musulmanes que, en cierta forma, continua hasta el día de hoy.
Si bien ambas ramas han coexistido por siglos, compartiendo muchas creencias y prácticas, sunitas y chiitas mantienen importantes diferencias en materia de doctrina, rituales, leyes, teologías y organización.
Sus respectivos líderes también acostumbran a competir por influencia. Y de Siria a Líbano, pasando por Irak y Pakistán, muchos conflictos recientes han enfatizado o incluso agravado esta división, rompiendo comunidades enteras.
En qué consisten estas dos ramas del Islam y sus principales diferencias.
¿Quiénes son los chiitas?
Los chiitas empezaron como una facción política: literalmente "Shiat Ali" o el partido de Ali. Este Ali en cuestión, era el yerno del profeta Mahoma y por lo tanto, los chiitas reclaman su derecho, y el de sus descendientes a liderar a los musulmanes.
Ali murió asesinado como resultado de las intrigas, violencia y guerras civiles que marcaron su califato, y a sus hijos, Hassan y Hussein, se les negó lo que ellos consideraban su derecho legítimo de sucederlo.
Se cree que Hassan fue envenenado por Muawiyah, el primer califa -es decir, líder de los musulmanes- de la dinastía Umayyad, mientras que su hermano Hussein murió, junto a varios miembros de su familia, en el campo de batalla.
Estos eventos están detrás del concepto chiita de martirio y de sus rituales de duelo.
De hecho, la fe chiita también se caracteriza por un distintivo elemento mesiánico. Y los chiitas también cuentan con una jerarquía de clérigos que practican una interpretación abierta y constante de los textos islámicos.
¿Quiénes son los Sunitas?
(Imagen: Mohamed bin Salman)
Los sunitas son mayoría entre los musulmanes. Se estima que aproximadamente el 90% pertenecen a esta corriente, y se ven a ellos mismos como la rama más tradicional y ortodoxa del Islam.
De hecho, el nombre de suní o sunita proviene de la expresión "Ahl al-Sunna": la gente de la tradición. En este caso, la tradición hace referencia a prácticas derivadas de las acciones del profeta Mahoma y sus allegados.
Los sunitas veneran a todos los profetas mencionados en el Corán, pero particularmente a Mahoma, quien es considerado el profeta definitivo.
Por lo demás, en contraste con los chiitas, los maestros y líderes religiosos sunitas han sido históricamente controlados por el Estado.
Además, la tradición sunita, que tiene su máxima expresión en Arabia Saudita, también propugna un sistema legal islámico claramente codificado, así como la pertenencia a una de cuatro escuelas legales.
Por ejemplo, grupo terrorista Hamás en esta división entre sunitas y chiitas, es considerado un caso atípico, porque se trata de un grupo sunita que ha sido durante décadas un aliado de Irán, el Estado terrorista que le brinda apoyo financiero y militar.
De hecho, desde el inicio de la guerra en curso, luego de la invasión a Israel del 7 de octubre del año pasado, y tras el ataques directos con drones y misiles perpetrados por el Estado Islámico de Irán de ayer sábado, deberíamos tener presente otras facciones.
Entre todos los otros actores en Medio Oriente que han realizado ataques armados contra Israel, y en apoyo a Hamás, están el grupo libanés Hezbolá (o Hezbollah), y los hutíes de Yemen, que son dos grupos chiitas que también son aliados de Teherán.
Por contraste, el gobierno saudita ha mantenido abierta la puerta a un acuerdo con Israel y uno de los miembros de la casa real saudita, el príncipe Turki al Faisal, solo ha criticado tanto a Israel como a Hamás por los daños causados a la población civil.
La revolución iraní de 1979, por su parte, lanzó una agenda islamista radical de vertiente chiita que vino a retar a los gobiernos sunitas conservadores, particularmente en el Golfo Pérsico.
Y la política de Teherán de apoyar a partidos y milicias chiitas más allá de sus fronteras fue compensada por los estados del Golfo con más apoyo a gobiernos y movimientos sunitas en el exterior.
Por ejemplo, durante la guerra civil en Líbano, los chiitas adquirieron protagonismo gracias a las actividades militares de Hezbolá.
Y extremistas sunitas, como el Talibán, han hecho lo propio en Pakistán y Afganistán, donde a menudo atacan los lugares de culto de los chiitas.
Enemigo común
Los recientes conflictos en Irak y Siria también adquirieron tintes sectarios.
Muchos jóvenes sunitas se sumaron a los grupos rebeldes para combatir en esos países, reproduciendo la ideología extremista de lo que fuera al-Qaeda, grupo de vertiente sunita.
Sus contrapartes chiitas acostumbran pelear en o junto a las fuerzas gubernamentales, aunque tanto Irán como Arabia Saudita identificaron un enemigo común en el autodenominado Estado Islámico.
Para muchos analistas, las diferencias entre ambas ramas del Islam son un claro recordatorio de lo complejo de las relaciones entre los dos principales rivales en Medio Oriente: Arabia Saudita e Irán. Ambos países están enfrascados en una feroz lucha por el dominio regional y esta disputa de décadas se ve agravada por la división religiosa.
Para culminar: se estima que los chiitas actualmente suman entre 120 y 170 millones de fieles, aproximadamente una décima parte de todos los musulmanes.
Son la mayoría de la población en Irán, Irak, Bahréin, Azerbaiyán y, según algunas estimaciones, Yemen.
Pero también hay importantes comunidades chiitas en Afganistán, India, Kuwait, Líbano, Pakistán, Qatar, Siria, Turquía, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
Por: Jorge Rausch McKenna
En 𝕏: @JorRausch
Consultor - Analista Político
Abogado - Periodista
[Paysandú, R.O. del Uruguay, 14 de abril de 2024 | Hs. 19:29 pm GMT -3]
*Con fuente: bbc.com
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