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Irán: el clérigo ultraconservador Ebrahim Raisi fue electo como presidente y preocupa a EEUU

Actualizado: 20 jun 2021

El viceministro del Interior, Yamal Orf, quien además tiene a su cargo la Comisión electoral de Irán certificó que Ebraim Raisi - actual Jefe de Poder Judicial- obtuvo una victoria holgada y será el presidente de Irán. Triunfó y en primera vuelta,

Además ya fue reconocido por los otros tres candidatos que habían quedado “en carrera”: Mohsen Raisi, que logró el segundo lugar contra el tercero Abdolnaser Hematí, por una diferencia de alrededor de un millón de votos; y más alejado, quedó cuarto el candidato Amirhosein Qazizadeh Hashemí, también un conservador y expresidente del Banco Central.

Las elecciones estuvieron muy marcadas por la bajísima participación.

La figura de Raisi representa el regreso de Irán a la línea dura después de ocho años de Gobierno del moderado Hasan Rohaní, durante los que se firmó el acuerdo nuclear de 2015.


¿El problema es de los votantes?. ¿O también hay responsabilidad por lo que está sucediendo en otras democracias que solían ser más transparentes?


Este es un punto muy interesante que desarrollaré en el análisis final, y que en cierta manera “enciende las alarmas”, como ya lo he comentado en este sitio al momento de realizarse otras elecciones y en países occidentales.

Mientras tanto y completando la información, digamos que en base a las agencias de noticias EFE, AFP y ANSA; en las elecciones presidenciales celebradas este viernes 18 de junio previamente no hubo dudas del triunfo de Ebrahim Raisi, debido al poco peso que habían logrado sus rivales. Fuentes oficiales de Teherán dijeron que obtuvo más del 62% de los votos sufragados.


Lo que si esperaban como algo muy importante, era una mayor participación de votantes y así legitimar el sistema teocrático iraní, pero ello no ocurrió y la participación fue tan solo del 74%, según los reportes de algunas agencias de noticias.


El actual presidente, el moderado Hasan Rohaní, también felicitó al presidente electo ni bien conocido su triunfo, aunque sin nombrarlo ya que por ley debía esperar al anuncio oficial de los resultados.


“Está claro quién ha sido elegido por la gente (...) Esperamos que en los próximos 45 días haya mejores para el próximo gobierno, tanto en materia de sanciones como de coronavirus”, agregó, según la agencia EFE.


Hizo valer su peso dentro del régimen, pese a que Ibrahim Raisí fue sancionado por su papel en la “comisión de la muerte”, que ordenó la detención y tortura de miles de opositores a fines de la década de los años 80.

Luego de la intervención del Consejo de Guardianes, muchos iraníes habrían optado por mantenerse al margen de ir a emitir su voto, después de que la lista de unos 600 aspirantes, entre los que había 40 mujeres, se redujera a siete candidatos, todos ellos hombres, excluyendo a un ex presidente, y a un ex presidente del Parlamento.


Ibrahim Raisi (de nombre Sayyid Ebrahim Raisol-Sadati), ocupa actualmente el cargo de jefe del Poder Judicial desde el 7 de marzo de 2019, fecha en que fue nombrado por el líder supremo de Irán, Alí Jamenei.


En su momento fue denunciado por la ONG Amnistía Internacional como partícipe en un programa de ejecuciones extrajudiciales contra miles de opositores políticos en las cárceles de Evin y Gohardasht, cerca de Teherán, en el año 1988, cuando el ya futuro nuevo presidente de Irán, y jefe del Poder Judicial, se desempeñaba como fiscal adjunto en Teherán, lo que fue negado por el electo Ebrahim Raisí.


Ya como máximo responsable del poder Judicial iraní, Raisi ha presidido, según Amnistía, “una creciente represión de los Derechos Humanos que ha provocado la detención arbitraria de cientos de disidentes pacíficos, defensores de los derechos humanos y miembros de grupos minoritarios perseguidos”.


Según la presidenta de Amnistía Internacional, Agnes Callamard, el electo Raisí ha comandado “un espiral de represión de los derechos humanos que ha llevado a la detención de cientos de disidentes pacíficos, defensores de los derechos humanos y miembros de minorías perseguidas”, aseguró desde Londres, asiento de Amnistía Internacional. Si bien la conocida ONG es preponderante en opinión en el mundo occidental, no tiene mayor trascendencia fuera de él.


Preocupación en la Casa Blanca y socios occidentales. Tratado Nuclear “tambaleante”, e Israel en alerta por el regreso del ala más ultraconservadora al gobierno de Irán

La llegada al poder de Ebrahim Raisi a la presidencia lo coloca como el segundo hombre más poderoso de Irán, luego del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei (imagen superior). No se puede afirmar que Irán sea un Estado gobernado por un partido único, por una cúpula militar o por una dinastía; como se ha instaurado en el común de la gente de países occidentales.

¿Cambio de época?

Es que si bien de Irán si podríamos decir que está controlado por una élite político-clerical con diversos individuos y grupos que se disputan el control político del sistema de gobierno, quizás este viernes 18 de junio de 2021 se produjo un “cambio de época”, ya que ese juego político y por cierto muy intenso, fue también derrotado por las reglas establecidas por la élite de un Estado que se rige como nuevo desde la Constitución Teocrática del año 1979 luego de la llamada Revolución Islámica, que produjo la caída de la dinastía de corte occidental del “Shah” Reza Pahleví, quien era apoyado por el Reino Unido y los EEUU. (*La historia de Irán también es riquísima, recomiendo su lectura para entender sucesos del Siglo 21)


Triunfo de Ebrahim Raisi y la primera reacción de la administración demócrata del presidente Joe Biden

Desde la Casa Blanca de inmediato se manifestaron de manera hostil hacia los persas ni bien conocido el triunfo de Raisi: “Hemos visto que el ministro iraní de Interior ha anunciado la victoria de Ebrahim Raisi como ganador de las elecciones que ocurrieron el viernes, pero también tomamos nota de que a los iraníes se les negó su derecho a elegir a sus propios líderes en un proceso electoral libre y justo”, según manifestó el sábado 19 un portavoz del Departamento de Estado de los EEUU, reportaron agencias de noticias.


Nuevamente es un error de EEUU en materia de política exterior ya que mientras critican ahora a Teherán por las elecciones, al mismo tiempo están sentados en Viena (Austria), tratando de que los persas regresen al Acuerdo Nuclear firmado por Barack Obama en 2015, y del que se retiró Donald Trump en 2018 “por incumplimientos del tratado por parte de Irán, a quienes además se les impuso sanciones económicas”.


Siempre me pareció exagerada esa obsesión de Joe Biden por negociar con Irán como primera medida de política exterior, al igual que la fijación como potencia mundial por el tema del cambio climático. Ambos temas tienen su importancia, pero debería mantener un equilibrio como superpotencia en relación a los movimientos de Rusia y China, y mucho más, cuando se producen cambios tan importantes en el mundo por la pandemia del coronavirus.

Si bien el presidente de Irán no tiene la última palabra sino que la decisión fina en todos los asuntos de Estado los tiene el ayatolá, el electo Ebrahim Raisi desde ya tiene una gran influencia en la política interior y en los asuntos exteriores, y la Casa Blanca sabe muy bien que ha regresado “la línea dura de Irán” la que además se opone a mayores libertades sociales y desconfían de Occidente.


Con este escenario nuevo: ¿Aún están convencidos en que algunos persas siguen a favor de volver a un acuerdo internacional sobre la actividad nuclear de Irán?. Yo no lo estaría tanto y seguramente de mínima Irán solicitará la devolución de los más de 30 mil millones de dólares que poseen congelados en distintos países.


Esa crítica de la Casa Blanca a Irán puede estar correcta respecto a las elecciones, pero: ¿Creen acaso que el régimen iraní ignora el cuestionamiento interno y externo a las elecciones que llevaron al propio Joe Biden a la presidencia?.


El comportamiento de EEUU en materia internacional deja mucho que desear. Gasta sus energías en temas que son de agenda permanente, pero no de la inmediatez que le dieron el Secretario de Estado, Antony “Tony” Blinken y el siempre influyente John Kerry, entre otros, de la administración Biden.

El regreso del ala dura a Irán también significa más controles sobre las actividades sociales, menos libertades y puestos de trabajo para las mujeres, y un control más estricto de las redes sociales y la prensa. Los partidarios del nuevo gobierno de Teherán, tomarán todos los centros de poder (el ejecutivo, así como el legislativo y el judicial), e Irán será una sociedad más cerrada. Es muy probable también que las libertades se recorten aún más que antes.


Desde ahí es que hablé de un posible “cambio de época”. No voy a dejar de repetir que se debe también al abandono que EEUU hizo del Caribe y de América del Sur.


¿Qué tendría que ver ello con el triunfo de los ultraconservadores en Irán?.

A mi entender mucho. Teherán se acercó a Venezuela y a los países del eje chavista durante la administración de Barack Obama, y esa mirada de los demócratas más hacia lo social, tuvo un giro más progresista y de izquierda con la llegada de Joe Biden y Kamala Harris.

Lo demostró también la titubeante política exterior de Biden en el conflicto tras el ataque de los terroristas de Hamas al Estado soberano de Israel.

¿Alguien se imaginaba años anteriores a legisladores demócratas pronunciándose contra el socio estratégico Israel?.


Advertí en su momento que las poco claras elecciones en EEUU por la intervención brutal de la mayoría de las corporaciones de prensa, y “los jugadores nuevos” de plataformas digitales, podrían quitar a Donald Trump del poder, pero que generarían un mal precedente en Estados con poco apego a la democracia y en los dictadores mundiales.

Lo dijo el mismo Vladimir Putin a los pocos meses: “Si fueron capaces de hacerles eso al presidente de su propio país...”, y tanto él como Dmitry Medvedev, se dieron “el lujo” de evaluar la democracia en EEUU. Y hasta Ángela Merkel criticó que Trump fuera despojado (censurado), de sus redes sociales “y siendo presidente”.


Es lógico que lo que hicieron con Donald Trump (que podría ser mañana Mr. Tom), iba a repercutir negativamente en los ciudadanos de otros países del mundo. Por un lado un cerrojo y hasta acusaciones duras “a todo lo conservador”, y permisión a muchos colectivos de personas que venían pidiendo derechos.


Algunos colectivos pidiendo causas o realidades justificadas, y otros, que de manera exagerada, siguen pidiendo por más derechos e inclusiones, que ya tienen, y que hasta están naturalmente aceptados por la mayoría de la sociedad, más allá de las ideologías.


¿Qué sociedad mayoritaria en occidente tiene un problema racial, o con personas de otro sexo, etc.?. Habrá algunos grupos minoritarios de estúpidos, pero jamás es una mayoría. Esos problemas, por ejemplo, los tiene el ayatolá en Irán. Pero lo más extraño e irracional, es que muchos de estos grupos están ligados a esta nueva izquierda, que al igual que Irán, apoyan a Hamas.

¿Y si se ponen de acuerdo con sus ideas?.

Pero siempre se muestran inconformes, e intentan “ir por más”. Y con mucho autoritarismo tratan de imponer al resto de la sociedad mayoritaria, sus intereses minoritarios. ¿Ahora resulta que todos estamos obligados a pensar como piensan esos grupos?. Eso es autoritarismo y combustible para los dictadores.

¿Qué logran con esos excesos innecesarios?: Que por ejemplo la elite ultraconservadora de Irán ahora diga “yo me protejo más”. Que Xi Jinping siga controlando aún más la libertad de prensa, el flujo de internet y violando los DDHH, o por ejemplo que en Rusia encarcelen a opositores.


Para hablar de países pobres, fronterizos o emergentes -y ya no de superpotencias “sin democracias claras”-, hasta en Nicaragua el dictador Daniel Ortega no tiene empacho en poner presos a los opositores. Mientras - alineados con Cuba y Venezuela - con guiños de otros países como Argentina, este nuevo movimiento que atenta contra “las democracias de los conservadores”, intenta un fraude electoral en Perú con un desconocido Pedro Castillo que no supo definir ni lo que es un monopolio económico.

Para la prensa: ¿Keiko Fujimori es “el mal” porque es de derecha?. ¿No tiene validez el voto de quienes la eligieron?. No existen democracias de conservadores de izquierda o derecha. Lo que debe hacerse en primer lugar y como punto de partida, es cumplir la ley.

¿Se sorprenden entonces en el Gran país del Norte que en Irán haya vuelto un gobierno totalmente ultraconservador?. Pónganse de acuerdo. Lo que viene en el mundo es un retroceso hacia los gobiernos más duros, para protegerse del exceso del progresismo. Muchos medios y periodistas progresistas -o ya muy volcados directamente a la izquierda-, tienen muchísima responsabilidad. Son parciales.

Por cada acción, una reacción.


Hasta pronto ! Jorge W Rausch Mckenna

*Analista Político *Abogado *Periodista

CEO Consultoría “JRM&Asoc.”

jorgerausch.net - Twitter @JorRausch

Maldonado, R. O. del Uruguay


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