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Las acreditaciones de prensa de la Casa Blanca indician posible favoritismo a los medios progres

Así lo indicó un artículo (c) 2022, The Washington Post firmado por Paul Farhi el 2 de febrero último donde indicaba que “el Daily Mail está adentro. BuzzFeed y Breitbart se quedaron fuera. La red católica conservadora EWTN está adentro, al igual que el Washington Blade, simpatizante LGBTQ. Pero el Baltimore Sun, el Chicago Tribune y la agencia de noticias rusa Tass no obtendrán asientos en las ruedas de prensa de la Casa Blanca”.

[El reportero de la Casa Blanca de Fox News, Peter Doocy, levanta la mano para interrogar a la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, a la izquierda, en una conferencia de prensa en la Casa Blanca en Washington el 26 de enero- Andrew Harnik/AP]

La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca (WHCA por sus siglas en inglés) ha establecido nuevas asignaciones de asientos para los periodistas que asisten a sesiones informativas diarias y a conferencias de prensa. Es la primera vez desde 2017 que la organización de periodistas, que controla los 49 asientos para los reporteros en la atestada sala de prensa James S. Brady, reajusta las credenciales de acceso y el organigrama de asientos.


Por un lado, la reorganización es simplemente un ejercicio burocrático cuatrienal, el equivalente a una reorganización en un salón de clases.


Pero las asignaciones también tienen una importancia práctica y simbólica. Un puesto asignado se erige como un indicador de la prominencia de una organización de noticias, literalmente, dado que un asiento en las primeras filas garantiza la mayor visibilidad. Estos puestos no sólo son los más amigables para la cámara de los corresponsales de redes televisivas, sino que también aumentan las probabilidades de que se les responda una pregunta durante las ruedas de prensa llenas de gente, especialmente en las raras ocasiones cuando el presidente hace acto de presencia.


“Mire las imágenes del primer año de ruedas de prensa durante la presidencia de Trump”, dijo George Condon, un veterano corresponsal en la Casa Blanca para el National Journal (quinta fila, extremo derecho del organigrama). "[Está] repleta. Si no tenías un lugar asignado, te resultaba muy difícil hacer una pregunta o incluso estar presente. Además, desde la administración de George HW Bush, los presidentes han realizado las conferencias de prensa desde la propia sala de prensa. Tener un asiento asignado es esencial para [esas ocasiones]".


También está el pequeño asunto de la conveniencia. Los reporteros que no tienen un puesto asignado deben mantenerse al margen, tanto física como figurativamente. Esa "gente del pasillo", como una vez el reportero Brian Karem llamó a su grupo de colegas sin asiento, tiene prohibido usar los pequeños espacios de trabajo detrás de la sala de prensa para escribir o producir historias; ésos están reservados para la “nobleza sentada” de la sala de prensa.


La nueva alineación entrará en pleno vigor tan pronto como se levanten las restricciones de capacidad por la pandemia, posiblemente para la próxima semana. La WHCA ha limitado periódicamente el número de reporteros en las ruedas de prensa a sólo 14 como medida de precaución contra la propagación del coronavirus; en diciembre, el grupo instó a la secretaria de prensa del presidente Joe Biden, Jen Psaki, a trasladar las ruedas de prensa a sesiones en-línea.


Jen Psaki rechazó la idea


En circunstancias normales, la falta de un puesto asignado no niega a los periodistas el acceso a la sala de prensa. Cualquier periodista puede solicitar la entrada a la Casa Blanca y es probable que sea admitido si pasa un control del Servicio Secreto. Pero el lugar donde uno se sienta en la sala dice mucho sobre la posición de la organización de noticias a la cual uno pertenece.


El nuevo esquema de asientos de la WHCA no interfiere con la estructura de poder existente. Los ocupantes tradicionales de primera fila permanecen en su lugar: las principales cadenas de televisión y los servicios de noticias Associated Press y Reuters. Lo mismo ocurre con la alineación de la segunda fila donde se encuentran las principales publicaciones impresas (Washington Post, New York Times, Wall Street Journal y USA Today).


Pero el gráfico es ahora muy distinto a la versión previa de la distribución de asientos.

En particular, la WHCA ha ampliado el número de organizaciones de noticias con puestos asignados a un récord de 65, sumando 14 nuevas. Lo hizo dividiendo los asientos en las filas media y trasera entre 30 medios de comunicación.


Los reporteros de la BBC y Newsweek, por ejemplo, se turnarán para ocupar un lugar en la última fila, al igual que los corresponsales del Daily Caller y EWTN.

El objetivo, dijo el presidente de la WHCA, Steven Portnoy, de CBS News Radio (segunda fila, lado izquierdo), era reflejar "la naturaleza cambiante del cuerpo de prensa y la porción de país al que dicho cuerpo de prensa da cobertura".


Y así ahora se han reservado asientos para las emisoras religiosas (Salem Radio Networks, EWTN, Christian Broadcasting Network); para medios de comunicación dirigidos a audiencias negras (Grio, American Urban Radio Networks); para los que transmiten en español (Telemundo y Univisión); y para un grupo de sitios de noticias conservadores (Washington Examiner, Washington Times, Daily Caller y Newsmax). The Washington Blade es la primera publicación LGBTQ con asiento oficial. Algunos medios que no existían hace unos años, como la red de transmisión Cheddar Inc., también han sido incluidos.


Hace unos 20 años, dijo Portnoy, muchos de los asientos estaban reservados para reporteros de periódicos regionales. Pero varios de esos periódicos, como el New York Daily News, Newsday y el St. Louis Post-Dispatch, ya no tienen reporteros asignados a la Casa Blanca a tiempo completo. Y algunos, como Knight Ridder y Copley News Service, ya no existen.


La nueva configuración da cabida a varias organizaciones de noticias con sede en el extranjero, como Al Jazeera, Agence France-Presse y la BBC, y reserva un lugar en la tercera fila para un corresponsal "extranjero" rotativo. Pero algunos medios internacionales que querían entrar no tuvieron cabida, como Tass y organizaciones de noticias turcas.


Portnoy no discutió rechazos específicos, pero dijo que la WHCA dio prioridad a las organizaciones de noticias con amplio alcance y a aquellas que asisten regularmente a las ruedas de prensa y participan en viajes presidenciales. (BuzzFeed News no fue aprobada porque no cumplió con la fecha límite de solicitud, que según un portavoz, Matt Mittenthal, se debió a un error de comunicación).


La WHCA comenzó a hacer las asignaciones a principios de la década de 1990, asumiendo el trabajo del equipo de prensa de la Casa Blanca, dijo Condon.

La Casa Blanca "realmente no quería ser criticada por elegir entre organizaciones", dijo.


Trump, por el contrario, no tuvo tales reparos cuando se desató la pandemia y se calentó la campaña presidencial en 2020. Desafiando los límites de capacidad recientemente impuestos por la WHCA, invitó a representantes de medios tan confiables y amigables con Trump como One America News, Gateway Pundit y el Epoch Times a las ruedas de prensa. La WHCA se quejó, sin éxito.


One America no solicitó un asiento en la configuración actual, lo que probablemente facilitó las cosas a la WHCA. En 2020, el grupo de periodistas dio el raro paso de votar para sacar de la sala a la red y a su reportera, Chanel Rion, luego de que ella asistiera repetidamente a ruedas de prensa desafiando las restricciones de la pandemia. Se quedó a pesar del voto en contra de la WHCA.


En otro momento, el personal de prensa de Trump trató de sacar a la reportera de CNN Kaitlan Collins del asiento asignado a su red en la primera fila y le ordenó que cambiara de asiento con un periodista que se sentaba en la parte posterior. Los reporteros protestaron porque Trump estaba tratando de castigar a una reportera cuyas preguntas no le gustaban. Collins también se quedó en su asiento.


Aunque ocasionalmente se dan disputas entre los periodistas sobre la asignación de sus asientos, Condon dice que la pelea más grande se dio en 2010 con el abrupto retiro de la legendaria Helen Thomas, quien había cubierto la Casa Blanca desde la Administración Kennedy.


Como resultado de su antigüedad y como medida de respeto, Thomas se sentaba en el centro de la primera fila durante las ruedas de prensa y fue la única reportera con un asiento asignado para ella personalmente en vez de su organización. Cuando el asiento quedó vacante, una feroz batalla de cabildeo entre los grupos de noticias terminó con Fox News obteniendo puesto y colocándose al frente. El asiento ahora lo ocupa principalmente el reportero de Fox, Peter Doocy, cuyos intercambios diarios con Psaki a veces generan fuegos artificiales.


Algunos reporteros hacen morisquetas ante la manipulación de puestos.

Karem, que ahora escribe una columna para Salon.com, dijo que a su antiguo patrón, la revista Playboy, le rechazaron un puesto permanente en 2016, pero nunca supo por qué. Independientemente, Karem asistió a muchas ruedas de prensa como un periodista más y se ubicó como "gente del pasillo" durante la presidencia de Trump. Incluso desafió a la WHCA y se quedó al fondo de la sala el año pasado cuando la organización impuso sus límites pandémicos.


"Para ser honesto, me gusta estar de pie en lugar de sentarme", dijo. Sentarse en un asiento asignado "me siento como si estuviera de vuelta en la escuela. La verdad es que, siempre que tenga acceso a la sala, no tiene diferencia".


La era Donald Trump: cuatro portavoces en cuatro años

Este artículo pertenece a una nota del diario elmundo.es, y fue publicado un día después de la asunción de la administración Biden y hacía referencia a la nueva portavoz Jen Psaki de quien antes recordaron “que su pasado como portavoz del Departamento de Estado en el Gobierno de Barack Obama (2009-2017), cuando vio el poder de Estados Unidos y, por supuesto, el poder de este atril y el poder de la verdad, y la importancia de dar ejemplo de compromiso y transparencia".


"Tengo un profundo respeto por el papel de una prensa libre e independiente en nuestra democracia y por el papel que todos ustedes desempeñan", dijo Jen Psaki, sin esperar que con Joe Biden iba a presenciar el desagradable momento de cuando llamó “hijo de pu..”, a un trabajador de prensa.


La Presidencia de Trump estuvo marcada por la tensa relación entre sus portavoces y los periodistas, así como por los ataques del propio mandatario contra los profesionales de la información y a medios, como la CNN o The New York Times, a los que solía acusar de divulgar "noticias falsas".


Las postreras intervenciones en público de la última portavoz de la Casa Blanca de Trump, Kayleigh McEnany, fueron más declaraciones a los medios que ruedas de prensa propiamente dichas dado que no atendió a preguntas. McEnany sustituyó en el cargo el pasado 7 de abril a Stephanie Grisham, quien marcó un récord al no ofrecer ninguna conferencia de prensa durante sus menos de diez meses en el cargo.


Durante décadas, las ruedas de prensa de la Casa Blanca se celebraron de manera diaria y pasaron a formar parte de la rutina de los periodistas de Washington. Sin embargo, Trump estuvo poco interesado en delegar en portavoces o en explicar los matices de sus ideas y se empeñó en ser su propio portavoz a través de Twitter, donde con frecuencia hacía anuncios de envergadura sin consultar antes a su equipo.


Además, mantuvo una relación hostil con la prensa que le hacía popular entre su base de votantes y que desembocó en sonados enfrentamientos con algunos periodistas, como el reportero de la CNN Jim Acosta, al que ordenó retirar la credencial de prensa en 2018, aunque luego tuvo que volver a entregársela. McEnany fue la cuarta portavoz de Trump en sus cuatro años en la Casa Blanca.


La Presidencia de Trump estuvo marcada por la tensa relación entre sus portavoces y los periodistas, así como por los ataques del propio mandatario contra los profesionales de la información y a medios, como la CNN o The New York Times, a los que solía acusar de divulgar "noticias falsas".


Las postreras intervenciones en público de la última portavoz de la Casa Blanca de Trump, Kayleigh McEnany, fueron más declaraciones a los medios que ruedas de prensa propiamente dichas dado que no atendió a preguntas. McEnany sustituyó en el cargo el pasado 7 de abril a Stephanie Grisham, quien marcó un récord al no ofrecer ninguna conferencia de prensa durante sus menos de diez meses en el cargo.


Durante décadas, las ruedas de prensa de la Casa Blanca se celebraron de manera diaria y pasaron a formar parte de la rutina de los periodistas de Washington. Sin embargo, Trump estuvo poco interesado en delegar en portavoces o en explicar los matices de sus ideas y se empeñó en ser su propio portavoz a través de Twitter, donde con frecuencia hacía anuncios de envergadura sin consultar antes a su equipo.


Además, mantuvo una relación hostil con la prensa que le hacía popular entre su base de votantes y que desembocó en sonados enfrentamientos con algunos periodistas, como el reportero de la CNN Jim Acosta, al que ordenó retirar la credencial de prensa en 2018, aunque luego tuvo que volver a entregársela. McEnany fue la cuarta portavoz de Trump en sus cuatro años en la Casa Blanca.


Para leer el artículo original de El Mundo, presione el siguiente link:

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