Cristina Kirchner volvió de Cuba, hizo una cuarentena algo sospechosa y regresó a la Quinta de Olivos para sumarle más problemas a "su presidente".
Podríamos decir que el regreso a la actividad política de la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, en lugar de ayudar al sometido Alberto Fernández, alteró los ánimos de la interna peronista.
Todo sucedió en un momento tenso, en que ni el coronavirus les hizo perder "el instinto de escorpión" a los muchachos peronistas.
Además de todos esos frentes, el presidente Alberto Fernández se puso al frente de la lucha de los "trolls", que según lo asesoraron, persisten y son manejados por un ex funcionario que a la luz de las circunstancias políticas hoy no tiene mayores chances de regresar a la política.
Para quienes no siguen el día a día el ritmo político argentino, todo viene sucediendo en días en que además el gobierno entró en default con tenedores de Bonos con leyes argentinas y que lo económico pasó a un tercer plano.
También está en un "cabeza a cabeza" por esa medalla de bronce, el giro ideológico (y progobierno) que adoptaron desde el poder judicial que siguen liberando a presos que cometieron delitos o están siendo investigados. Antes de ayer fue el turno de Amado Boudou ex vicepresidente de Cristina Kirchner. Ya descansa en su domicilio al igual que el "piquetero" Luis D´elía. En nombre del coronavirus: "libertad para todas y todos".
Además, la provincia de Buenos Aires, la mayor caja kirchnerista, se apresta a liberar unos 900 presos comunes. Imposible controlarlos con pulseras electrónicas o con un policía en la puerta, cuando se están llamando a funcionarios retirados, porque no dan a basto ni para controlar la cuarentena del coronavirus.
En el mientras tanto tenemos a un sector del periodismo enrolado en medios tradicionales mayormente alineados con el gobierno.
Todos felices y contentos. Voy a destacar la rareza de tomar al argentino por idiota que desde hace unos tres años ponía en práctica el mayor multimedios, y que hoy se ha extendido.
Consistiría en poner algunos segmentos o programas críticos o muy críticos al gobierno, y así captar a la audiencia opositora que además es la clase conservadora.
Es normal que en redes sociales destaquen que tal o cual periodista o programa es "el único bueno" y los demás "están todos comprados por el peronismo".
Dos "temas solucionados" para ciertos medios y periodistas. Además, esa franja de oyentes o televidentes, reditúan comercialmente ya que son los de mayor poder adquisitivo.
El problema se "les suscita", con algunos usuarios de redes sociales que captan los mensajes, ponen fotos y hasta grabaciones de "esos programas buenos", supuestamente independientes.
¿Por eso molestan tanto las Redes Sociales al gobierno y a la prensa?
No nos pueden tomar por imbéciles (como dice el presidente), ya que si el dueño de un canal estuvo en el lanzamiento del libro "Sinceramente" de Cristina Kirchner, y si el CEO del "multimedios musical" almorzó con el presidente, no tome lo que escribo muy a la ligera.
Además, tenga presente que programas como el del polémico Luis Majul y una panelista, recientemente salieron eyectados de un Canal de Cable.
Primeros escándalos
El primer escándalo político por los sobreprecios en el ministerio de desarrollo social, presidido por Daniel Arroyo, movió la estructura que mostraban como sólida.
Luego de una investigación del periodista Diego Cabot del diario La Nación, tuvo que salir a pedir la renuncia de funcionarios pero debió contentarse con uno de cuarta línea (Gonzalo Calvo) y supuestamente su equipo, a quienes apuntaron por las compras de fideos, azúcar, aceite y otros productos.
En épocas del coronavirus y de la ayuda social, fue un golpe a la credibilidad al "gobierno honesto y de científicos" pregonado por Alberto Fernández.
Luego llegaría para mal de peores otro caso de sobreprecios, esta vez en el PAMI a cargo de Luana Volnovich, descubierto por el periodista de investigación Luis Gasulla sobre más sobreprecios en la compra de alcohol en gel, tan básico y necesario en la pandemia.
El problema del presidente, es que tendría funcionarios impuestos por agrupación ultra kirchnerista "La Cámpora", del titular de la cámara de diputados Sergio Massa y hasta de intendentes.
En realidad pareciera que el titular de poder ejecutivo no tiene el manejo sobre muchos funcionarios, que responden en el gobierno bifronte, a la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, a quienes muchos definen como "el macho alfa del poder" en Casa Rosada.
Pero Alberto Fernández, no se muestra incomodo públicamente ni molesto, y apoya a quienes lo han rebajado a vocero del relato K y ajeno a los Gobernadores, en un peligroso futuro institucional.
Ciberpatrullaje: la frutilla del postre de la antropóloga Sabrina Frederic
Es que en una comunicación con diputados, la ministra de seguridad, sinceró que las Fuerzas Federales a su cargo, realizan un "patrullaje en las redes sociales" para controlar "el humor social", y lógicamente desató un escándalo justamente mayor entre los usuarios, potenciado por la mayor cantidad de personas cumpliendo la cuarentena obligatoria extendida.
Así se sinceró:
Como era de esperar, estallaron las redes sociales, ante el reconocimiento oficial del monitoreo de las redes sociales y la grieta política volvió a tomar la virulencia que Alberto Fernández decía que iba a cicatrizar.
Que desde el propio gobierno se "realice espionaje interno" a los ciudadanos, nos remite a regímenes como el de China, Cuba o Venezuela - entre algunos países - en donde las personas son perseguidas políticamente si tienen un pensamiento crítico al régimen imperante.
Y el gobierno de Argentina, tiene "relaciones carnales" como se decía en los 90, con muchos de esos países sin libertades individuales. Además, no ha roto relaciones con Venezuela ni ha firmado el último comunicado del "Grupo de Lima".
Para ir terminando, recordemos que el puntapié inicial hacia el desprecio a las redes sociales críticas al gobierno, la dio el mismísimo presidente Alberto Fernández, quien reconoció su disgusto al final de la entrevista con el periodista Morales Solá en su ciclo semanal "Desde el Llano", que emite el canal de cable ciclotímico Todo Noticias (TN)
Lo de ciclotímico, es por lo que se ha expresado en esta columna: es decir, los implementados programas que hacen de "policías buenos y policías malos".
BARBIJOS, TAPABOCAS O MASCARILLAS
Son distintas denominaciones según el país o región, aunque muchos periodistas desean hacer una distinción. Al respecto, algunas provincias de Argentina ya han implementado su utilización obligatoria.
Mientras a contramano del mundo, excepto la locura del "fallecido" o enfermo Daniel Ortega en Nicaragua, el gobierno titubea en algo lógico: su utilización obligatoria o no para todo el país.
Otro error "del gobierno de científicos" del dúo Fernández - Fernández.
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