Algunos vecinos de Olavarría en provincia de Buenos Aires se sorprendieron con la presencia de ciudadanos chinos vestidos de naranja. En principio temieron que se tratara de una fuga masiva para evitar la violación de los DDHH de Guantánamo e intentaron llamar al 911, mientras otro grupo de los 115.000 habitantes de la ciudad bonaerense, los tranquilizaban diciendo que eran budistas. Salvo la localidad, la presencia china uniformada de naranja y la cantidad de habitantes, lo relatado podría ser parte de una novela. Pero el tema en cuestión de la llegada del contingente asiático en plena pandemia es real y ocurrió el 15 de diciembre pasado, como está retractado en las imágenes.
En realidad se trató de la llegada a Olavarría de 40 ingenieros chinos contratados por la empresa cementera “SINOMA” que arribaron para finalizar una de las plantas de Loma Negra, tan recordada por haber pertenecido a quien supo ser una de las empresarias más acaudaladas de argentina, y me refiero a la fallecida María Amalia Sara Lacroze Reyes de Fortabat, más conocida como Amalia Lacroze de Fortabat.
La empresa, según los últimos registros, está en manos del holding brasileño Camargo Correa, y tiene previsto inaugurar en marzo de 2021 su nueva planta a la que llamarán L’Amalí, justamente en memoria de la Amalia Fortabat un icono de la ciudad de Olavarría fallecida en febrero del año 2012.
También hay que recordar que Loma Negra era otra empresa que se instalaba en un pueblo o pequeña ciudad, y a medida que crecía como otras, también se desarrollaba el comercio en general de la zona y se generaban puestos de trabajo.
Olavarría con el empuje de la cementera de “Amalita” incluso llegó a tener un equipo de fútbol profesional llamado Loma Negra, que jugó en primera división y con regular éxito.
A modo de ejemplo, así como Don Pascual Mastellone hizo crecer a la localidad tambien bonaerense de General Rodríguez, con la industria lechera “La Serenísima” - hoy también con mayoría de capital foráneo-, Olavarría creció al ritmo de la cementera de Fortabat.
Invasión alienígena en el aeropuerto internacional de Ezeiza
Dejo las novelas de ciencia ficción de lado que no es lo mío, y retomemos la noticia y el análisis político. Que 40 ingenieros chinos - que así llegaron a Ezeiza vestidos- ocupen puestos de trabajo en una Argentina con grandes niveles de desocupación y con la economía en números desastrosos, es el reproche que le hago a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y a su presidente (designado) Alberto Fernández.
Si usted es un lector que no conoce como “se protege” el ciudadano argentino en épocas de crisis, estará pensando que mis afirmaciones son muy opositoras, ya que hablo de crisis económica y de desocupación, mientras los asiáticos vinieron a inaugurar una ampliación de fábrica. Si bien no soy adepto a los gobiernos populistas, usted puede chequear la noticia y darse cuenta que no existe una dicotomía.
Le cuento brevemente sin ser economista que en épocas de grandes crisis como la actual, el argentino es el ciudadano más adaptado del mundo y para protegerse del peso cuando éste empieza a perder valor, recurre a comprar dólares (el billete que en la práctica es la moneda casi oficial) o recurre a lo que se denomina “el ladrillo”, es decir a la construcción o ampliación de viviendas u oficinas que justamente cotizan en dólares.
De ahí que hay demanda de materiales para la construcción (entre ellos cemento Loma Negra) y de otras marcas, y los corralones también dicen tener faltantes de lo que es hierro, chapas, ladrillos y otros insumos. Pero también el dueño del corralón, si económicamente “tiene resto”, se guarda parte del material que por la demanda aumenta en pesos. “Stockea” se le suele decir.
Y en plena pandemia por el nuevo coronavirus, casualmente aparecido en Wuhan, llegaron los ingenieros chinos
El contingente chino llegó al aeropuerto de Ezeiza como decía el 15 de diciembre pasado, y los profesionales volaron por la aerolínea KLM, proveniente de la ciudad de Ámsterdam, situada en Países Bajos (ex Holanda) e hicieron el itinerario habitual de los países comunistas: Desde Ezeiza “todos juntitos” y sin contactos o visita a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, partieron directamente hacia la ciudad de Olavarría, sin escala.
El episodio me trajo el recuerdo de situaciones similares de chinos por Venezuela y otros países, y también de los cuestionados médicos cubanos que llegan y se van estableciendo en Argentina. Aunque estos últimos con dudosa capacidad profesional, ya que fueron expulsados de algunos países porque “calificaban solo para enfermeros”, y por sospechas que entre ellos también existen elementos de la inteligencia del comunismo de la isla de Cuba. Muchos de “los médicos castristas” incluso han denunciado que La Habana recibe el 70 y hasta 80% del salario que abona el país contratante.
Sin embargo, este contingente de ingenieros de origen chino no es el único que ha llegado a Olavarría a trabajar para la empresa. Hace un año, para la obra de la empresa privada SINOMA, llegaron más de 1.000 obreros desde China, que vivieron en cuarteles del Ejército abandonados pero que “se acondicionaron especialmente”, y con el detalle de que no había una pandemia.
Permítanme dudar ya de mano de obra barata, por no decir “mano de obra esclava” o peor aún, “tráfico de personas”, según el modo de vida y leyes de cada país.
En el caso de los ingenieros se alojaron en un complejo deportivo llamado La Pradera en las afueras de Olavarría, y se alquiló exclusivamente por tres meses. Según fuentes, en el mismo complejo los profesionales esperaron los resultados de sus hisopados para descartar infecciones de coronavirus.
El presidente Alberto Fernández incluso tenía programado viajar y realizar un acto en Olavarría desde la fábrica para el Día de la Construcción, pero eligieron hacerlo en otro lugar aduciendo cuestiones climáticas.
Horas antes se había solucionado un conflicto gremial en la planta pero este se había originado entre Loma Negra y la firma Minerar, otra empresa del grupo brasileño Camargo Correa, y principal proveedora de la piedra requerida para generar el cemento.
No espere que con un gobierno peronista, por el momento, existan conflictos con el poderoso gremio de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) Esos líderes sindicales ligados a la CGT (Confederación General del Trabajo) solo actúan de manera feroz contra gobiernos no peronistas y algunos de sus miembros tienen comportamientos cuasi mafiosos.
La cuestión es que si usted ahora es ingeniero y no tiene trabajo, vaya a Casa Rosada o al Senado y pregunte a Alberto Fernández y a Cristina Kirchner porque permiten que la empresa brasileña contrate “mano de obra barata” de ingenieros chinos, y para usted no hay trabajo y debe emigrar.
Pero además estamos en un contexto de pandemia por el virus de origen chino, por lo que también deberá esperar. La prioridad fue entretener a los súbditos votantes del peronismo versión chavista con la ley del aborto y el recorte feroz a los jubilados. Son “viejos que cuestan dinero“ dijo Alberto Fernández, y además no pueden salir a protestar. Ese fue su regalo de Año Nuevo sin que su amigo el Papa Francisco hiciera nada por impedirlo.
Hasta Pronto!
Jorge Rausch McKenna
*CEO Consultoría *Analista Político *Abogado *Periodista
Twitter: @JorRausch
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