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No paran: ahora acusan a Donald Trump de intentar revocar el resultado de las presidenciales de 2020

La política doméstica de la administración demócrata socialista de Joe Biden - Kamala Harris, sigue siendo tan mala como la política exterior. La persecución contra la figura creciente en las encuestas de Donald Trump para volver a la presidencia, hizo que “por casualidades de la vida”, sea ahora el Fiscal Especial del Departamento de Justicia, Jack Smith, quien lo acusara ya formalmente por lo que él ("o Nancy Pelosi" y sus socios belicistas), de llevar en 2020 “una campaña contra la legitimidad de los comicios, y el asalto al Capitolio, uno de los peores ataques de la historia moderna contra la democracia de Estados Unidos”.

El comportamiento es muy coincidente con el de algunas corporaciones de la prensa y de los periodistas de la izquierda corrupta. Se respira mucha preocupación, porque sus candidatos para 2024, siguen muy por detrás en las encuestas, de caras a las elecciones de noviembre de 2020


Como tengo una posición totalmente opuesta a los personajes que comenzaron a destruir a los Estados Unidos con la ideología socialista colectivista asquerosa, prefiero tomar una nota de otro medio y volcarla textualmente. Es así que al respecto dice lanacion.com.ar:


WASHINGTON.- En un nuevo hito para la historia de Estados Unidos, Donald Trump fue formalmente acusado ante un tribunal federal de mentir “repetida y ampliamente” sobre la elección presidencial de 2020 para intentar revertir su derrota ante el presidente, Joe Biden, y permanecer en el poder. La nueva causa judicial que enfrenta Trump es la más seria en su contra de su prontuario, y la refutación más contundente contra su incansable campaña para deslegitimar el triunfo de Biden con denuncias falsas sobre un fraude masivo en la votación –bautizada “la gran mentira”–, que a la larga derivó en el brutal asalto trumpista al Capitolio del 6 de enero de 2021, uno de los peores ataques de la historia moderna contra la democracia norteamericana.


En una acusación sin precedentes contra un expresidente, Trump fue acusado por los fiscales federales de conspirar para defraudar a los Estados Unidos, conspirar para obstruir la certificación de los resultados en el Congreso –interrumpida por el asalto de la turba trumpista–, obstruir e intentar obstruir esa certificación, y conspirar contra los derechos de los votantes.


La carátula de la causa lleva el título: “Estados Unidos vs. Donald J. Trump”.


De ser hallado culpable de todos los cargos enfrentaría una pena de hasta 55 años de cárcel.


El histórico y durísimo indictment de 45 páginas, firmado por el fiscal Especial, Jack Smith, designado por el Departamento de Justicia para investigar el asalto al Capitolio, fue revelado este martes en un tribunal federal en Washington.


Los fiscales acusan sin medias tintas a Trump de desplegar una campaña de mentiras con el objetivo de dar vuelta su derrota en la elección presidencial de 2020 para permanecer en la presidencia, en contra de la voluntad de los votantes. Smith dijo en una breve conferencia de prensa que su oficina buscará un “juicio expeditivo”.


El documento dice que, pese a haber perdido la elección ante Biden, Trump “estaba decidido a permanecer en el poder”. Y que durante más de dos meses después del día de la elección, el 3 de noviembre de 2020, Trump “difundió mentiras de que hubo un fraude que determinó el resultado de las elecciones y que en realidad había ganado”.


“Estas afirmaciones eran falsas y el acusado sabía que eran falsas”, afirma el indictment. “Pero el acusado las repitió y las difundió ampliamente de todos modos, para hacer que sus afirmaciones falsas a sabiendas parecieran legítimas, crear una intensa atmósfera nacional de desconfianza e ira, y erosionar la fe pública en la administración de las elecciones”, sentencia.

Smith acusó a Trump de montar una conspiración “para defraudar a los Estados Unidos mediante el uso de la deshonestidad, el fraude y el engaño para perjudicar, obstruir y derrotar la función legal del gobierno federal mediante la cual el gobierno federal recopila, cuenta y certifica los resultados de las elecciones presidenciales”.


“El propósito de la conspiración era anular los resultados legítimos de las elecciones presidenciales de 2020 mediante el uso de afirmaciones falsas de fraude electoral a sabiendas para obstruir la función del gobierno federal mediante la cual se recopilan, cuentan y certifican esos resultados”, afirma la acusación.

“Sos demasiado honesto”

La acusación de Smith ofrece una inédita mirada a la caótica transición del poder, y los intentos de Trump por convencer a sus funcionarios a que lo ayudaran a dar vuelta su derrota. Un blanco fue el vicepresidente, Mike Pence, quien presidió la sesión del Senado que certificó los resultados de la elección.


El 1 de enero, luego de decirle en varias oportunidades que podía frenar el procedimiento, y ante las reiteradas negativas de hacerlo por parte de Pence, Trump lo llamó para insistir en su postura. Pence respondió que era inconstitucional. “Sos demasiado honesto”, le dijo Trump, según el indictment.


Esta es la tercera acusación que enfrenta Trump en los tribunales de Estados Unidos, y se trata, por lejos, de la causa más seria y políticamente más significativa de su prontuario judicial.


A principios de abril, Trump se declaró inocente en Manhattan en la causa por el pago secreto de 130.000 dólares a la estrella porno Stormy Daniels durante la campaña presidencial de 2016 para impedir que divulgara un supuesto affaire entre ambos. Y luego, en otro hito en la historia de Estados Unidos, Trump se convirtió en el primer expresidente en comparecer ante un tribunal federal, en Miami, donde se declaró inocente de todos los cargos en su contra en la causa que investiga el desmanejo de documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca cuando dejó el poder, por la cual puede llegar a pasar el resto de su vida en prisión.


Pero la investigación que lleva adelante Smith sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 cae en un universo distinto de las demás.


El asalto trumpista al Congreso es uno de los eventos más traumáticos que ha enfrentado Estados Unidos en la historia moderna, y además de dejar al menos cinco muertos, cientos de heridos –incluidos policías– y desmanes en el Capitolio, arrasó con la transferencia pacífica del poder de una administración a otra, uno de las virtudes de la democracia norteamericana. Cientos de personas ya han sido procesadas y condenadas por el asalto, incluidos líderes de grupos de ultraderecha como Enrique Tarrio, líder de los Proud Boys, y Stewart Rhodes, de Oath Keepers, ambos acusados de “conspiración sediciosa”, el cargo más serio que han presentado los fiscales federales.


Evidencias en contra

Pese a la evidencia sobre la legitimidad de la elección presidencial de 2020, Trump aún sostiene que ganó la elección y Biden y los demócratas le robaron su triunfo orquestando un fraude masivo. Sus devotos seguidores creen sin dudarlo que su derrota fue ilegítima, y que ganó la elección.


El Departamento de Justicia, las agencias de inteligencia, la Justicia, el Congreso y las legislaturas estatales avalaron la legitimidad y la integridad de los comicios presidenciales de 2020 y el triunfo de Biden. Todas las denuncias de Trump y de su campaña en la Justicia fueron desestimadas. A ese amplio archivo se sumó ahora la acusación formal de Smith.


A pesar de las causas judiciales en su contra, Trump sigue siendo el gran favorito para convertirse en el candidato presidencial del Partido Republicano. Ante cada acusación en su contra ha respondido de la misma manera: denunciando una “caza de brujas” y una persecución política del Departamento de Justicia para evitar que pueda regresar a la Casa Blanca.


Aun con su prontuario judicial a cuestas, Trump se encamina nuevamente a ser el candidato del Partido Republicano: las encuestas le brindan una amplia ventaja sobre el resto de los potenciales candidatos, y un sondeo reciente del New York Times reveló que, entre sus seguidores más fieles, nadie cree que haya cometido delitos federales.


Fuente:


Breve Análisis


El socialismo de Argentina copió la palabra leguleya denominada "lawfare" que traducido puede tener distintas acepciones al español como "la guerra de la ley", o lo que se puede entender mejor como "persecución política utilizando a la justicia". En Argentina y en otros países del eje chavista utilizan la palabra "lawfare", como es el caso de Cristina Fernández de Kirchner.


"Lawfare" es un término judicial - político de los EE. UU., y no un invento para justificar la corrupción política.


Donald Trump es víctima de "lawfare", debido a que nunca reconoció un robo electoral del que fue víctima en noviembre de 2020.


Con Trump en la Casa Blanca no existiría la guerra de Ucrania, y por ende muchos belicistas y gobiernos, hoy no tendrían en "sus bolsillos" miles de millones de dólares. Tampoco con un Donald Trump en la Casa Blanca, se habrían esparcido centenares de muertes de ucranianos y rusos, y no le hubieran permitido a Moscú tener aproximadamente un 18% del territorio de Ucrania anexado como propio. Y encima hoy, en un callejón sin salida luego de que la OTAN y países amigos enviaran armamento pesado y ligero en ayuda de un Zelensky, cada vez más cercano a dejar de ser "el empleado del mes" de Washington DC. "Un dron golpeando un edificio en Moscú, no hace verano".


En 𝕏: @JorRausch


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